martes, 18 de diciembre de 2007

...

No puedo escribirte alguna carta desde este cuarto que lleva tu nombre, o para ser más precisos, que eres tú. Si vieras como flotas entre el velador y la cama. Un frío seco me acorrala. Cada uno de esos versos que fui pidiendo prestados con el tiempo, ahora se estrellan en las paredes que tienen tu cara. Todo Octubre tuyo, J. Este es otro Octubre, ni siquiera es nuestro Octubre, ese nuestro para siempre, en el que no nos miramos nunca más. Y es que nos vimos.
Yo estoy perdida y oscura, con el papel que no puede descifrarte en manos. Tiemblo como aquella primera vez en la esquina de mi casa. En que tú saliste desde el fondo del parque, como si hubieras estado perdido, y al vernos, nos regalamos todo ese vértigo que después nos lanzo al fuego, y es que éramos fuego.
Me molesta no escribirte ninguna frase interesante, y solo ir aterrizándote con mis palabras de aquel invierno que dejamos inconcluso. Me molesta pensarme de peluquería en peluquería, buscando esos que habíamos nombrado mis cabellos…

1 comentario:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.