lunes, 18 de mayo de 2009

caentodaslascosas1

Caen todas las cosas. Caen los carros en las carreteras. Avanzan y la velocidad corre como el tiempo como mis recuerdos tuyos. Y cojo un objeto. Una taza. Un olor. Y le busco tu cara. Y le pongo tu nombre. Y Así es como retrocedo el tiempo.

Cae el silencio en estas pistas mías y tuyas. Caemos en las sopas. Las duchas de agua caliente. Las malas noticias. Los despertadores y el mismo cielo, estampado sobre ese otro cielo atestado de deseos que viajan dentro de estrellas fugaces. Pero es lo que nos toca. Nos toca grises. Luego, caemos en los álbumes de fotos. En todo ese diccionario de cosas que ya me han pasado.

Caigo todos los días por todas partes. Me atrapa un vértigo insondable, mientras le doy vueltas al café con una cucharita. Veo el círculo que se hace. El remolino. Mientras suena el teléfono. Alguien ha muerto, dicen en las noticias. Salgo a la calle y me doy con la noticia de que estamos en invierno. Confirmo que alguien ha muerto.

Veo el cielo y te imagino. Imagino que sales con tu paraguas, muy seguro de que hoy no llueve. Repito tu nombre en mi cabeza hasta que pierde sentido. Hasta que se cae tu cara. Tus huesos. Se cae tu amor. Tu pena. Tu prisa. Tu miedo. Todo pierde sentido y me levanto. Caigo en un carro, en una carretera.

1 comentario:

Sebastián dijo...

no sé si es la primera vez q paso por acá... en todo caso me a gustado lo q has escrito... me hace recordar el des-amor y esas cosas q son el recuerdo del chocolate caliente q ella pagó. saludos


p.d: bonito blog.