viernes, 14 de marzo de 2008

.

Un día uno viene y escribe un párrafo y al final firma y escribe una dedicatoria para alguien que no existe. Y luego los días siguientes se ponen a existir miles de dedicados porque se creen que lo que el párrafo dice, a su vida iguala.
He leído esta mañana que Jack, el tipo calculador que era un genio volando sesos ha sido atrapado, y he ahí su debilidad; el tipo era infalible volando sesos pero viene a descubrir que no era el más escurridizo del mundo justo en el momento en que no era el más escurridizo del mundo. Me ha dado mucha lastima enterarme que Jack anda atrapado. La culpa es de la mala suerte porque le vienen a tocar unos policías con piernas largas y con vista larga, y me da pena, no porque me encantara que parara por ahí coleccionando tapas de cabezas ajenas. Es que yo conocí a Jack.
Me acuerdo claramente de su cara, y cuando lo vi en la tele no hice más que reconocerlo y sonreír. Ya lo había visto antes en un café, con la casaca de cuero, con las botas que le molerían la cara a cualquier idiota.
Olvido unas hojas, y yo las recogí, y entonces Jack me las arranco cuando yo estaba de regreso a casa. Y yo siempre pensé que, que suerte la mía de que Jack no me volara los sesos, y que no me hiciera carne molida con sus zapatos con puntas.
Jack ahora esta endemoniado, es decir que ha liberado sus demonios porque cuando yo leí sus escritos de pura casualidad, me di cuenta que estaba endemoniado igual y que algún día iba a quemar vivo a alguno de sus familiares o a quien sea que lo jodiera.
Y yo estaba igual de feliz cuando me puse a leer sus cosas y las sentí como mis cosas, porque yo también quería quemar vivo a algún familiar y quería irme lejos y ahogarme, o volarme los sesos. Y fue ahí que sonreí por mi y por Jack porque aunque no lo conocía por completo sabia que me acompañaba y que podía gritar: que bien que exista mas gente en este mundo con el corazón podrido y con el alma amputada. Y bien amputada, como las piernas de los que se van a la guerra.
Jack había escrito sobre todos esos sentimientos por los que uno se quiere morir pero no puede. Porque a veces uno quiere irse, pero también quiere quedarse. Y no puede y no puede y entonces se echa en su cama y cierra los ojos, y el tiempo pasa, y el tiempo no perdona.
El tipo es Jack y lo han atrapado esta mañana, y me imagino que cuando ha sido atrapado ha pensado en volarles los sesos a todos como le voló los sesos a la puta de su mama y al miserable de su papa. Y por eso me he puesto triste, porque me siento solo, porque ahora estoy solo en la calle volándole los sesos a cada mierda que se me cruza, pero el tiempo no perdona, como que dos es mejor que uno. Y como que ahora le quiero volar los sesos a Jack por dejarme solo. Pero estoy sin suerte porque seguro que uno de esos policías largos le vuela los sesos en unos de esos jueguitos que hacen los policías.

1 comentario:

Jorge Mario Sánchez dijo...

Carla, me gustó este cuento, sobre todo el estilo, esas frases largas, esas repeticiones de palabras. Y sentí fuertes, muy a mi gusto actual, estos párrafos:
"que bien que exista mas gente en este mundo con el corazón podrido y con el alma amputada. Y bien amputada, como las piernas de los que se van a la guerra.
Jack había escrito sobre todos esos sentimientos por los que uno se quiere morir pero no puede. Porque a veces uno quiere irse, pero también quiere quedarse. Y no puede y no puede y entonces se echa en su cama y cierra los ojos, y el tiempo pasa, y el tiempo no perdona."